A la ballena
Se resumen palabras a un diario sin fechas.
Recordar, recordar, después, dudar y dudar.
Ya no dudo
No lo hago
Ya no dudo
Y veo tu mirada perdida sin ganas de…
Besarme… te llenas, te llenan ellas… y prefieres
Comer pescados rojos con aceite de oliva, más sanos.
Y regreso a chocar tu mirada con la mía, y sigues ahí sentada,
Bajo el cilantro.
No gracias, soy vegetariana. La carne roja, hermosa mía, me tapa,
¿No te acuerdas?
…
…
Lloras, lagrimas de cocodrilo, que bien sabes dramatizar,
Pensé que no podrías con mi dramaturgia. Y esto ha resultado.
Se abren las cortinas… un sillón, una silla, una mesa, una ventana,
Tu en la silla, yo, en el sillón, bajo la cabeza, dibujo, como en aquella
Foto.
¿Recuerdas? Y tú mientras viajas al mar, me observas,
Y de nuevo tu mirada, se pierde… no la encuentro.
Para recordarte,
Tus manos sobre mi cuerpo,
Tus labios,
Tus verdaderas comidas y,
Todas las primeras veces.
Y regresa el pensamiento de tu presencia… ya no es necesaria,
Tu alma descansa sobre el mar verde que yo inventé.
Para olvidarte, una ración de coraje, otra de rencor…
Para olvidarte una ración de tus mentiras…
Para olvidarte un montón de tus golpes al corazón…
Para olvidarte tus palabras absurdas,
Para olvidarte, bella, la ausencia de tu cuerpo junto al mío,
Para olvidarte tus desprecios inmediatos,
Para olvidarte, una más de tus patologías…
Para dejarte de querer, el olvido.